– ¿Quién es Jaana? Donde has nacido? Que mas que te define y quieres contarnos?
Nací en Múnich y tuve la suerte de crecer al borde de los Alpes, rodeada de naturaleza. Por mis estudios me trasladé a Berlín, donde sigo viviendo cuando no estoy en España o en algún otro lugar del mundo.
El movimiento en cualquiera de sus formas -preferentemente en la naturaleza, bajo el cielo abierto- ha sido una parte importante de mi vida desde que era pequeña. Especialmente el mar, con sus fuerza, siempre me ha fascinado y hoy es una fuente de fuerza y maestro en todo tipo de situaciones.
Mi vida no siempre ha sido sencilla y, aunque a veces un poco turbulenta, he podido aprender mucho: las cosas pueden cambiar muy rápido, nada en la vida es seguro y cuando crees que algo no continuará, pueden pasar las mejores cosas…
Por lo tanto, estoy muy agradecida por todas las experiencias que he tenido hasta aquí, aunque no quiera volver a vivirlas ;)
– ¿Cómo llegó el yoga a tu vida? y ¿cómo te interesaste en compartirlo?
La primera experiencia con el Yoga la tuve ya de adolescente debido a algunos problemas con mis rodillas.
Llevo 20 años practicando activamente el yoga, como compañía y apoyo en situaciones difíciles, como ayuda para relajarme y mantener una constitución física sana.
Pero cuando empecé a trabajar en el mundo corporativo tuve cada vez menos tiempo para mí y para mi práctica, quedé atrapada en el mundo profesional. La presión y el estrés constantes habían dejado huellas físicas y psicológicas con el tiempo. En ese momento decidí participar en una formación de profesores de yoga para hacer algo para mí misma y profundizar en mis conocimientos. Nunca me había planteado dar clases en esta etapa, pero los cambios positivos que he notado en mí como resultado han reforzado mi decisión de compartir mis experiencias y convertir mi pasión en una profesión. Claro que no empecé de inmediato, tardé más de un año hasta que tuve el valor de dejar mi trabajo seguro, pero así empezó todo y ahora ya no puedo imaginarme sin enseñar.
– ¿Cuál es tu formación y en qué te especializas?
Mi yoga es dinámico y está orientado principalmente al Vinyasa, pero también me gusta incorporar elementos de las diferentes corrientes. Sin embargo, lo más importante para mí es que no se pierda la ligereza de la práctica y que cada persona tenga un espacio de atención individual. Me gusta dar a mis clases un tema o enfoque: lo que nos rodea en nuestra vida cotidiana; la vida en este lugar concreto; la sociedad en la que nos movemos y las dificultades de vivir en ella. Aquí también incluyo las condiciones actuales de la naturaleza y alineo energéticamente mis clases con ellas: Qué tiempo hace, en qué fase de la luna nos encontramos, cuál es nuestro reloj biológico interno, en qué momento del día….
Para mí el yoga es el camino hacia una nueva conciencia, una nueva percepción de nosotros mismos, a nivel físico, mental y espiritual, vital para volver a encontrar nuestro equilibrio, que a menudo se pierde en nuestra vida cotidiana.
-¿Sigues practicando yoga con otros profesores o sólo lo haces por tu cuenta? ¿Qué tipo de práctica es tu favorita? ¿Siempre ha sido así? ¿Acaso cambia dependiendo de algo?
Me encanta y es una experiencia completamente diferente cuando te guían en tu práctica. Y siempre intento tomarme el tiempo para hacerlo y probar también otras direcciones. De esta manera puedo obtener nueva inspiración para mi propia práctica y mis clases.
Para mí el Yoga es un aprendizaje permanente, y siempre seré un estudiante, solo que además comparto sus propias experiencias.
Al mismo tiempo, disfruto cuando practico sola, con una total conexión con mi cuerpo, explorando y desconectando, si es posible en la naturaleza.
– ¿Cómo fue tu experiencia como profesor de yoga en NEXO?
Fué y es una experiencia increíble; el lugar está hecho para enseñar yoga. Estoy conociendo a mucha gente estupenda con la misma mentalidad. Y enseñar al aire libre tiene sus propias vibes, puedes conectar mucho más con las energías que proporciona la naturaleza, el océano, la luna…. que al final.. vivimos por las mareas y el sol.
Y me encanta ver cómo la gente experimenta los beneficios del yoga por primera vez o simplemente de una manera totalmente diferente. Aquí todo el mundo está más relajado y abierto, no está atrapado en la vida cotidiana. Y una de las cosas más bonitas para mí es: ver que la gente llega estresada y cansada y al cabo de unos días los ojos le brillan de una manera especial. – El mar ha obrado su milagro.
– ¿Por qué recomendarías practicar en nuestra Surfhouse? (si lo haces)
El Palmar siempre ha sido para mí un lugar de pura energía. Y especialmente NEXO, siento que es un pequeño oasis de recarga. El shala interior con su vista tropical y la plataforma exterior a la sombra de los árboles con el canto de los pájaros, son dos lugares mágicos para una sesión de yoga.
Y para mí el yoga es perfecto para los surfistas, si quieres preparar tu cuerpo para el siguiente surf o recuperarte del último.
Pasar todo el día al aire libre, en la playa, surfeando, explorando la zona, la comida local y el ritmo diferente; te da la oportunidad de conectar con tu propia energía y la de los que te rodean.
– ¿Quiere decirnos o añadir algo más?
Un gran agradecimiento a Aihnoa y Manu y al resto del equipo, por hacerme parte de la familia NEXO.
Estoy muy agradecida por haber conocido a todas estas grandes personas que me han apoyado para seguir mi propio camino.
Y todos los comentarios cariñosos de los clientes, que me demuestran que voy por el buen camino.
¡¡¡GRACIAS A TODOS!!!
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